¿Quién soy?
Sobre mí
Mi nombre es Saioa Chanca, tengo 34 años y nací en el País Vasco, aunque llevo residiendo en Madrid desde que tengo uso de razón.
Cuando era pequeña nunca tuve muy claro a lo que quería dedicarme de mayor. He querido ser médico, veterinaria, bióloga marina, astronauta y juez. Y no soy ninguna de esas cosas.
Empecé estudiando bachillerato por ciencias para convertirme en veterinaria y, tras obtener en selectividad la nota suficiente para estudiar lo que en aquel momento era lo que quería estudiar, a última hora decidí que iba a matricularme en la carrera de derecho. Después de algunos años, entendí el por qué.
Saioa Chanca
Mi historia
La carrera de derecho tampoco me entusiasmó enormemente, pero tras realizar un máster en derecho urbanístico y medioambiental empecé a cogerle el gusto a eso de las leyes (seis años después de empezar) y la idea de ser juez me llamaba demasiado la atención.
Por ello, nada más terminar el máster decidí opositar a judicatura, una sencilla oposición de 340 temas orales a la que había que dedicarle de media unos cinco años de estudio y la sobrevenida exclusión social.
Aguanté los cinco años con sus días y sus noches y, tras aprobar tres veces el primer examen, estaba absolutamente convencida de que dominaba a la perfección aquel temario. Pero Dios tenía otra historia escrita.
Y así, después de tomar la dura decisión de que aquella oposición no era para mí, otra vuelta de la vida me llevó a vivir en México, con todo lo que aquello conllevaba.
Ahora viene aquí lo importante de mi historia: española viviendo en México, extranjera lejos de casa: papeles, papeles, papeles…
Recuerdo las horas pasadas de pie en aquella oficina de extranjería de la Avenida Lázaro Cárdenas en Monterrey, haciendo filas inhumanas y recibiendo la información a cuentagotas. Tardaba casi dos horas en hacer el trayecto que me llevaba desde mi casa hasta aquél enorme edificio.
Siempre estaba lleno de gente y no te atendían después de las 14.00, aunque llevaras allí toda la santa mañana. Y sola, muy sola.
Sin embargo, y siempre fuera de lo esperado, antes de tener que renovar mi residencia en México por primera vez, un giro de tierra más me trajo de nuevo a España.
Tuve claro a lo que quería dedicarme nada más pisar suelo español.
Sentirse en casa es la mejor de las sensaciones que uno puede experimentar. Quería ayudar a todas aquellas personas que, como yo en su momento, tuvieron que poner todo un océano de por medio para empezar una nueva vida en otro país. Quería especializarme en aquella parte del derecho que excede de lo jurídico para adentrarse en el mundo de lo humano.
Estudié todo lo relativo al derecho de la extranjería, hice un curso en el CEIJ y colaboré activamente con algunos despachos en materia de extranjería y nacionalidad. Sin embargo, me sentía bastante limitada trabajando para otros despachos así que, poniéndome el mundo por montera, decidí abrir mi propio estudio. Hacer mi propio camino.
En Sentir Extranjero somos un grupo de personas trabajando con la misma pasión, todos profesionales en su propia especialidad, con una dedicación absoluta y una empatía que nos permite ponernos en la piel de aquellos que vienen aquí buscando nuevas oportunidades.
Conocemos bien cada resquicio de la legislación de extranjería y sé que podemos encontrar la mejor forma de trasladar tu vida al territorio español. Conozco esa sensación de estar lejos de tu casa, sé que lo significa sentirse extranjero.
